Abi Nardi
Especialista en Audiología
Villa Dolores, Cordoba
Argentina
Soy Licenciada en Fonoaudiolgía, una carrera que lleva 5 años de cursado más la tesis final en Argentina, mi país. Luego de graduarme me dediqué al área de audiología.
He trabajado en un Hospital muy prestigioso en una gran Ciudad, actualmente trabajo en una ciudad más pequeña, en un consultorio particular y en Dispensarios Municipales, conociendo diversas realidades sociales, emocionales y económicas, donde cada persona atraviesa de manera muy diferente la misma o similares patologías.
En mi familia crecí aprendiendo a ver al “paciente” como una persona ante todo, mi mamá siempre se involucró y escuchó a sus pacientes (en el área visual), demostrándome así que cada uno es uno y lo que trae, antes que las patologías.
Sin embargo en mis años de estudio no tuve, ni medio semestre, una materia que me enseñara como ESCUCHAR, ATENDER y ACOMPAÑAR a un paciente, por el contrario si tuve las que me enseñaron a realizar y comprender estudios, conocer patologías y maneras de resolverlas, desde un enfoque netamente científico. De las cuales obviamente estoy plenamente agradecida, porque es necesario incorporarlas y son la base de la carrera.
Por lo tanto, en mi país es normal atender pacientes en un tiempo determinado e intentando resolver de manera unilateral las afecciones. Pero sin recordar entorno, nivel social, económico y emocional de cada persona.
Ahora que la experiencia incomoda, ya que cada día debo conocer más, actualizarme y aprender; me encontré con una gran referente en un tema que nunca dejó de movilizarme y sigue haciéndome perder el sueño. Aquí conocí a Kristina English y a través de ella a IDA Institute y a esta práctica que llevo años utilizando, de manera desorganizada y sin haberle puesto nombre. Sin colegas con quienes pudiera compartir. Hasta ahora.
Por lo tanto les cuento lo que he aprendido…
PCC Atención Centrada en el Paciente, es una práctica que cuesta un poco comprender, ya que nos corre de un trabajo estructurado, o más bien tradicional que es lo que nos han enseñado, a ejercer de una manera unidireccional. Siendo que PCC plantea un ejercicio profesional más complejo, dinámico; adaptable a lo que nuestros pacientes van expresando y nosotros debemos ir descubriendo. Debiendo estar más involucrados en cada consulta, poniendo atención extra a cada situación que se presente en el encuentro, logrando comprender todos los aspectos de la vida de cada paciente.
Hay situaciones que no podemos controlar, como la cultura donde vivimos, la de nuestro trabajo, herramientas económicas, nuestro pasado educativo; pero sin embargo hay muchas otras que sí. Por ejemplo yo nunca pasé horas explicando un audiograma, nunca he sido solo teórica; siempre fui más allá, observando a quien me elige como audióloga, ESCUCHANDO qué tiene para decir, sin llenar de preguntas cerradas, dejando libertad a expresar. Observando.
Conociendo que es una experiencia única la que cada paciente trae (pudiendo presentar similares o iguales patologías) ante una pérdida auditiva; ya que para cada uno significa algo distinto, teniendo pensamientos, sentimientos y experiencias diferentes según cómo esta pérdida le esté afectando en su vida.
Reconociendo que la forma en que interactuamos con nuestros pacientes tiene un efecto significativo en el resultado auditivo del mismo, es cuando debemos ver la importancia de cómo construir una relación terapéutica. Y así lograr situarnos como clínicos, donde no solo explicamos opciones, sino que debemos trabajar con los objetivos y valores de nuestros pacientes, situándonos con EMPATÍA. Logrando diagramar un camino con un plan adecuado a lo que creemos mejor para ellos, de acuerdo a lo que nos plantean explícita e implícitamente en sus narraciones.
Io que me hace seguir adelante….
Nunca olvido un paciente que entró a la consulta (derivado por una colega, quién lo describió como paciente que no aceptaba su diagóstico: hipoacusia neurosensorial bilateral profunda).
Luego de saludarnos, nos sentamos… nadie habló por un minuto, solo nos miramos, esperando uno al otro para que hablara… cuando de repente me dijo: “qué a gusto me he sentido por un momento, donde nadie me dijo qué hacer ni cómo, solo me espero a que me decidiera a hablar… Ahora te voy a contar…”, luego realicé pocas preguntas, ya que mi paciente se describió solo sin necesidad de cuestionarios. Y me pregunté: ¿Hipoacusia profunda? Sin haberle realizado siquiera un estudio. Resulto ser un paciente con diagnóstico equivocado desde su narración hasta las pruebas realizadas posteriormente.
Siguiendo con este caso, en lo que fue del año 2019, he atendido a ocho pacientes enviados por él.
Aquí es donde a través de PCC logre valorar al máximo qué hacer con esa información y cómo aprovecharla. Hoy me siento respaldada, acompañada, encaminada, encontré formación académica sobre el tema, encontré quienes le dieron un “encuadre”.
Sabiendo que está en mí y en cada profesional que así lo desee, la capacidad para responder a las emociones que derivan de la pérdida auditiva de nuestros pacientes.
Con esto intento animar a colegas a involucrarse y empaparse en este conocimiento que es muy sencillo de implementar pero complejamente difícil de acceder si no logramos desestructurar nuestra manera de mirar al clínico-paciente tradicional.
Entendiendo el valor agregado que podemos lograr, pero que las estructuras de la educación tradicional no ponen en valor, de allí que cuesta verlo y adoptarlo. Lo importante es que si logran correrse de lo tradicional y adoptar esta manera de trabajo, verán rápidamente que se encuentran beneficios para ambas partes. Ya que logramos mejorar la salud del paciente y nosotros como profesionales tendremos fidelidad por parte de ellos. Aquí me paro, la idea de fidelizar a nuestros pacientes, escucharlos, hacerlos sentir a gusto más allá de involucrarnos en su problemática e intentar juntos llegar a la mejor opción posible para su afección. Sencillamente utilizando la práctica responsable de PCC.
Aquí está el futuro de nuestra manera de trabajar eficazmente, respondiendo a la necesidad global de cada persona